El pasado Domingo recuerdo a un todavía a día de hoy votante de Cha, que al verme se me acercó y lo primero que me soltó fue – esto no tiene solución ¿no? – En su cara se veía tristeza, consciente de un sueño ya convertido en pesadilla y que continúa escribiendo sus últimas líneas, a no ser que la mismísima Virgen del Pilar se plante en Conde Aranda y haga el milagro… Recuerdo sus ojos, la tristeza que desprendía su rostro, papeleta de Cha en mano… Forma parte de esos aragoneses fieles de mediana edad, que siempre han optado por opciones territoriales y se resisten a dejar de hacerlo. Esa pequeña parte del electorado aragonesista que han vuelto a optar por Cha conscientes de que igual era la última vez. – ¿Qué vas a votar sino? – me soltó después de introducir la papeleta. Electorado no militante, para los que EA es Eusko Alkartasuna, BIC una marca de bolis, Puyalón una corriente qué hubo en Cha y que desapareció tras su última Asambleya, la de la renovación (je), o quien sabe si lo asocian más a una marca de ron, Tierra Aragonesa la vieron por primera vez al coger la papeleta del Senado y no sabían que coño era, y recuerdan la expulsión de Chobenalla como la constatación de que Cha comenzaba una lenta y agónica muerte. Electorado perdido, desorientado, desencantado. Nuestro electorado. El que ya ni votó Cha ni en las anteriores nacionales ni en las estatales y el que sí lo hizo, por votar algo… El que suplica a gritos poder volver a soñar con el país que siente.
Aragón perdió su representación en Madrid sin lograr hacer correr una sola lágrima por las mejillas de una importante parte del aragonesismo. Lagrimas hubo, claro, de Los Supremos, de sus secuaces y porqué no decirlo, de muchos de los que se autodenominan críticos pero que no han dudado año a año, día a día, decisión tras decisión, en colaborar para convertir las siglas que fueron bandera del cambio en un proyecto vacío. Chunta es un partido enfermo, lleva enfermo muchos años ya, demasiados, y da la sensación de que ya no tiene cura. ¿La tiene?
No son días para celebraciones pero tampoco para llantos. El aragonesismo no está más jodido de lo que estaba hace uno, dos, tres, cinco años. Está igual de tocado, quizá más hundido, eso sí. Al menos el aragonesismo tal y como lo hemos entendido hasta hoy. Vienen tiempos de reflexión, más si cabe de la que muchos hemos hecho ya y otros se han negado a hacer. Reflexión que no sólo deberían hacer los líderes chunteros y toda esa jauría que se ha ido acomodando a su alrededor y que pronto tendrán que irse acercando al Inaem. Reflexión que también se debe hacer desde ese nuevo aragonesismo, que ya sin caretas, muestra con orgullo su ser en las organizaciones que han ido naciendo en los últimos tiempos.
Tristeza, pero con las mejillas secas, de una importante parte del electorado y ex electorado chuntero. El 9 de Marzo no trajo nada nuevo. Todos éramos conscientes de que se iba a escribir otro párrafo, otro más, de ese agónico final con el que nadie nunca soñamos pero que los que llevan las riendas de la Chunta se han esforzado en escribir.
Tiempos de reflexión. El aragonesismo tal y como se ha entendido desaparece… el Soberanismo debe de comenzar a ocupar posiciones, a darse a conocer más allá de sus propios círculos, a preparar una alternativa real para las próximas elecciones nacionales… ¿Está preparado para ello? This is the question…
Por escribir algo…